Los sectores hotelero y retail fueron los más afectados por la pandemia, pero como el ave Fénix, han sabido resurgir y convertirse en los activos más codiciados en inmobiliario.

España ha batido un récord de inversión inmobiliaria en el primer semestre del 2022, con un volumen de 9.870 millones de euros, superando en un 80% los volúmenes del mismo periodo del año anterior y cerrando un primer semestre con los mejores datos desde que se tiene registro histórico. Encabezan el podium el retail con 2.900 millones de euros, y el sector hotelero con 1.650 millones.

Los alojamientos temporales y el teletrabajo marcan el futuro de la industria hotelera

El sector hotelero no ha estado ajeno al impacto de la pandemia, siendo esta crisis la principal responsable de una de las grandes disrupciones en la industria en las últimas décadas. El mercado hotelero debe hacer frente a nuevos retos y oportunidades, tanto en destinos cómo en formatos, para atender a una demanda acelerada pero volátil.

La oferta que viene marcada por un crecimiento exponencial de los alojamientos temporales, nuevos modelos y espacios disponibles que se han incorporado en los últimos años, no solo para el mercado de particulares sino también para el mercado corporativo. Un ejemplo de ello son los apartamentos corporativos, o los espacios hoteleros destinados al teletrabajo.

Las nuevas formas de ocio y hábitos de consumo, principal reto del retail 

La explosión del e-commerce y la distribución a domicilio, entre otros grandes cambios de compra, ha exigido una transformación de la oferta comercial de los centros comerciales para hacerlos más atractivos y que complementen su cartera de servicios de cara a apostar por una experiencia de cliente más completa. Los inversores son conscientes de esta nueva realidad y de la necesidad de crear espacios resilientes para hacer frente a la competencia del comercio electrónico.

Por otro lado, el comercio minorista y de proximidad también se enfrenta a su nueva idiosincrasia tras la crisis sanitaria. Estos locales han evolucionado hacia espacios más centrados en la experiencia que en la transacción, unos desafíos que deben afrontar propietarios y retailers. Esta demanda cambiante y la separación entre facturación y tráfico en el punto de venta, requiere establecer valores actualizados en rentas y adecuar las valoraciones de los activos a su mejor y mayor uso.